Estrés. Impacto y estrategias para reducirlo
¿Alguna vez has sufrido estrés o actualmente estás pasando por una época estresante? Es muy probable que la respuesta sea afirmativa. Actualmente, sufrir estrés es mucho más común que en el pasado. A raíz de la pandemia, el malestar psicológico ha aumentado un 46% respeto a 2019. De hecho, según el estudio “Un año de pandemia”, realizado por la Confederación Salud Mental España, uno de cada dos jóvenes padece de estrés y/o angustia.
¿Qué es el estrés y por qué puede ser un problema?
El estrés es un proceso que se pone en marcha cuando una persona percibe una situación o acontecimiento como amenazante o desbordante para sus recursos, como por ejemplo un examen, un divorcio, la muerte de un ser querido o el trabajo. Es una sobrecarga para la persona y, si esta sobrecarga se cronifica, sus efectos sobre el organismo pueden ser profundos e indeseables.
Entender cómo funciona nuestro cuerpo puede ayudarnos a comprender y lidiar con las situaciones estresantes. Por un lado, cuando sufrimos estrés, nos sentimos amenazados. La reacción de huir o luchar se presenta de manera instantánea, teniendo como resultado un estado de hiperexcitación que implica una rapidísima ráfaga de disparos del sistema nervioso simpático y la liberación de hormonas del estrés. Nos ponemos en estado de alerta y atención, con gran tensión muscular e intensas emociones
Si esto se cronifica y no tenemos una forma sana de soltar la tensión, podemos quedarnos estancados en un estado de hiperexcitación permanente, y a largo plazo, esto da lugar a una desregulación fisiológica, con problemas y puede tener un impacto directo en nuestro cuerpo, tanto a nivel cognitivo, como emocional y físico:
- Dolor de cabeza: el estrés provoca la contracción de los músculos y una larga contracción en el tiempo provoca dolores de cabeza más frecuentes.
- Brotes de acné: cuando el cuerpo se siente estresado segrega la hormona cortisol que aumenta la grasa de nuestra piel, causando la aparición de acné e incluso pérdida de pelo.
- Depresión, ya que el estrés inhibe el crecimiento de la creación de células nuevas en el cerebro.
- Aumento de la presión de la sangre y, en consecuencia, de ser más susceptible a padecer de ataques de corazón.
- Fertilidad: debido al aumento de la producción hormonal de cortisol, el estrés disminuye la producción de estrógenos y progesterona, lo que afecta directamente el ciclo menstrual de las mujeres.
Técnicas de Mindfulness para controlar el estrés
La clave para lidiar con el estrés está en reconocer sus signos y romper el ciclo de conductas reactivas que desgastan aún más nuestros recursos. Existe una gran evidencia de los resultados positivos del Mindfulness en la reducción del estrés y sus problemas derivados.
Mindfulness te puede ayudar a:
- Reconocer los signos tempranos del estrés en el cuerpo y la posibilidad de relajar la tensión.
- Romper el ciclo de conductas reactivas que desgastan aún más los recursos internos y, en su lugar, responder con conductas de autocuidado que nutran y aumenten estos recursos.
- Reducir los estresores internos: reconoce cuándo la mente está atrapada en pensamientos sobre el pasado y el futuro, tráela al presente y cambia el diálogo interior, desde la autocrítica a la amabilidad y apoyo incondicional.
- Reducir los estresores externos: cuanta más consciencia, mayor claridad y habilidad para influir sobre el entorno, eliminando estresores innecesarios.
- Cambiar el enfoque hacia el presente, en cualquier actividad en la que estés inmerso, centrándote en lo que haces.
Estas son solo algunas de las prácticas de Mindfulness que puedes adoptar para estar más presente, lidiar con las situaciones estresantes y prevenir reacciones bruscas al estrés.
Si sufres estrés crónico o prolongado y quieres aprender a gestionarlo, contacta con nosotros. Estaremos encantados de ayudarte.