¿Cuál es la diferencia entre simpatía, empatía y compasión?

A menudo confundimos la simpatía con la empatía, ya que ambas habilidades tienen que ver con una manifestación hacia otra persona. Sin embargo, son dos habilidades distintas y en este artículo te explicaremos porqué y cómo se relacionan con la compasión.

Por un lado, la simpatía es una emoción que a menudo experimentamos cuando nos sentimos mal por alguien, mientras miramos la situación desde nuestra lejana perspectiva. Un factor diferencial de la simpatía es que puede expresarse sin tener que entender la situación de la otra persona.

Por otro lado, la empatía es la habilidad de comprender emocionalmente lo que la otra persona está sintiendo desde su punto de vista, no el tuyo. En otras palabras, significa ponerte en sus zapatos para entender su perspectiva lo mejor posible.

Algunas personas son empáticas de forma inherente, independientemente de las circunstancias, y tienen una tendencia natural a sentir lo que los demás sienten. Sin embargo, para la mayoría de las personas es más fácil sentir un alto grado de empatía en situaciones o retos que ya han experimentado de primera mano.

¿Cómo se relacionan la simpatía y la empatía?

Generalmente, las personas expresan ambas habilidades, la simpatía y la empatía, en diferentes momentos y no de forma simultánea. De hecho, varios expertos consideran que la empatía es más útil que la simpatía, aunque hay casos en los que ninguna de las dos aptitudes es la más adecuada.

Es el caso de aquellas personas que empatizan de forma muy profunda con las demás personas, llegando incluso a hacerse cargo de sus emociones: por ejemplo, cuando una persona altamente empática intenta dar apoyo a un amigo que tiene ansiedad o está enfadado porque han entrado a robar a su casa, empatizar con esa persona y tomar sus emociones (el estrés y el enfado) no sirve de ayuda. En otras palabras, lo que este amigo no necesita es que la otra persona comparta su miedo y su frustración, sino que le dé apoyo de manera calmada y sensata.

En casos como este último es más adecuado enfocar la situación desde la compasión. Según la definición de Paul Gilbert, psicológico clínico y fundador de la Terapia Centrada en la Compasión (en inglés ‘Compassion-Focused Therapy’, CFT), la compasión es la sensibilidad al sufrimiento en uno mismo y en los demás con el compromiso y la motivación de tratar de aliviarlo y prevenirlo.

En todo caso, la simpatía, la empatía y la compasión ocupan todas un lugar y un momento en nuestras relaciones profesionales y personales, dependiendo de la situación, y las debemos usar adecuadamente.

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